Arcaísmo.
Los arcaísmos son elementos que pertenecen a épocas pasadas y artísticamente superadas y que se usan en el presente por imitación. Los hablantes que emplean registros del lenguaje muy conservadores, como el lenguaje jurídico o la liturgia basada en textos sagrados, todavía hacen uso de numerosos arcaísmos. Además, los arcaísmos pueden usarse como recurso literario para embellecer un texto, aunque su uso excesivo puede dificultar la comprensión del mismo.
El término arcaísmo se usa para designar un término léxico o un elemento gramatical, utilizado en el pasado en la mayor parte del dominio de un idioma determinado, pero que actualmente ha desaparecido del habla cotidiana mayoritaria, y sólo usado en ciertos contextos, en ciertas variantes aisladas, y si bien en general es entendido por los hablantes, no tiene un uso amplio en la mayoría de variedades de la lengua.
En lingüística histórica lo opuesto a un arcaísmo relativo es una innovación. Cuando un elemento viejo es substituido en alguna de las variedades de una lengua, se dice que dicha variedad ha innovado en el uso de ese elemento.
Arcaísmos absolutos
Un arcaísmo absoluto es un elemento lingüístico cuya forma, significado o ambos a la vez resultan anticuados en relación con un momento determinado y por consiguiente desaparecen de la lengua. Así mismo el concepto de absolutismo designa un término léxico o un elemento gramatical que ha desaparecido del habla cotidiana de los hablantes y de la escritura, por lo tanto de todas las variantes de la lengua considerada.
Algunos ejemplos de arcaísmos absolutos pueden ser:
Acedar: poner agria alguna cosa.
Averno: infierno.
Vedar: destetar la cría de un animal.
Arcaísmos relativos
Un arcaísmo relativo es todo lo contrario al absoluto ya que el arcaísmo relativo tiene significado uno a la vez resultando congruente a los orígenes griegos.
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